Ancash

Para inspirar hacia el bien a las presentes generaciones, exponemos las siguientes biografías de ilustres peruanos de la región Ancash:

Santiago Antúnez de Mayolo

Nació en Huacllán – Áncash el 10 de enero de 1887. Fue un físico, ingeniero y matemático peruano.
Graduado en ciencias matemáticas en la Universidad de San Marcos, viajó a Francia para obtener el título de Ingeniero Electrónico en la Universidad de Grenoble. En 1910, efectuó un año de prácticas en los talleres de la Sociedad de Electricidad Alioth en Münchenstein-Bâle, cerca de Basilea, Suiza, a la que pocos años antes se le había encargado la construcción de todo el material eléctrico para las poderosas centrales hidroeléctricas de Hauterive y Montbovon; aprendiendo las tecnologías desarrolladas por Alioth, que incluían también la construcción de locomotoras eléctricas. Al término de sus prácticas en 1911 realizó una gira por diferentes países europeos visitando plantas electrosiderúrgicas. Retornó al Perú en 1912. Ejerció la docencia universitaria en San Marcos y recorrió el Perú, buscando caídas de agua para la instalación de centrales eléctricas. Se le deben los estudios fundamentales para la construcción de la Central hidroeléctrica Cañón del Pato, así como el diseño de la central hidroeléctrica de Machu Picchu y del gran complejo hidroeléctrico del Mantaro, que hoy lleva su nombre. Fue además precursor de la Física moderna, pues en su trabajo titulado Hipótesis sobre la constitución de la materia (1924), propuso la existencia de una energía no-eléctrica, a la que denominó Elemento Neutro, ocho años antes del descubrimiento del neutrón. Asimismo, en 1932 publicó otro estudio titulado Los tres elementos constitutivos de la materia, en el cual predijo la existencia del positrón (electrón positivo), poco antes de que se demostrara experimentalmente. En 1934 publicó en francés su estudio sobre los campos electromagnéticos y el campo gravitacional Une meme equation pour le champ electromagnetique et le champ gravitationnel, el cual presenta a la Real Academia de Ciencias de Italia. En 1935 publica la obra Las Ruinas de Tinyash, que comprende un estudio arqueológico de madurez y rigurosidad. En ella relata su expedición al Alto Marañón, la que incluye una visita a Chavín de Huántar y presenta el descubrimiento, en la localidad de Tinyash, de una estela lítica con un dibujo de una divinidad humana, que atribuyó ser el “Apu de Tinyash”. En 1936 se publica Gravitación, que reúne sus estudios en los campos de la luz, la materia, los campos electromagnéticos y la gravedad, que complementa posteriormente con las publicaciones de sus trabajos sobre la teoría electromecánica de la luz en 1940 y sobre la cuantificación del campo electromagnético en su obra Una nueva clave en las encrucijadas de la Física, aparecida en 1942.
Obtuvo la preciada medalla de oro del colegio Guadalupe. En 1953 fue elegido Decano de la Facultad de Química de la Universidad Mayor de San Marcos siendo invitado a viajar a Europa en el año 1954 por el Consejo Británico, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia y el Ministerio de Asuntos Exteriores de España con el fin de visitar instituciones científicas y dictar conferencias en las universidades de Madrid y París. Hasta sus últimos años continuó investigando y difundiendo sus estudios, como sucedió con sus investigaciones sobre las culturas Chavín y Tiahuanaco, publicados en 1965. En 1966 recibió el reconocimiento del Congreso de la República otorgándole la Medalla de Comendador por sus relevantes méritos e importantes servicios prestados al país como hombre de ciencia y por sus estudios que comprobaron el potencial hidroeléctrico del Mantaro.


Luis Pardo Novoa

Nació en Chiquián – Ancash, el 19 de agosto de 1874. Fue un hacendado ancashino, perseguido de la ley al tomar justicia por su propia mano convertido en figura romántica.
Su abuelo se encargó de la educación del nieto. Luis después de haber cursado los primeros años de estudio en Chiquián fue a Lima a seguir la Secundaria en el Colegio Guadalupe. Al alcanzar la mayoría de edad asumió la gestión de la hacienda Pancal. A diferencia de los grandes terratenientes que explotaban a sus peones, él trataba que se les dé un trato más humano. Hasta retribuyendo a los servidores por su trabajo. Los días de descanso solía reunir a sus trabajadores para enseñarles a leer y escribir, orientándoles reglas de urbanidad, la puntualidad, orden y hábitos limpieza. Estuvo en las filas de Andrés Avelino Cáceres, atrapado fue a prisión de la cual escapó, a partir de allí Luis Pardo se convirtió para los pobladores en un justiciero que se había rebelado contra la tiranía y la injusticia institucionalizadas, defendiéndolos de los abusos y atropellos de los poderosos ante la imposibilidad de contar con una justicia sorda y corrompida. Es así que muchos simpatizantes se unieron a él, formando una banda que lo acompañaba en sus incursiones por las serranías de Ancash y Lima. La aparición de Luís Pardo Novoa, motivó el temor entre los hacendados y mineros. Bastaba la más ligera indicación de que en tal hacienda se hubiera cometido un abuso contra algún indígena, para que Luís Pardo y su “banda” se hicieran presentes, conminándolos a dar trato justo a los trabajadores. Muchos de los defendidos se unieron a su “banda” y juntos atacaban a sus opresores, a quienes imponía cupos, que luego – según cuentan – distribuía entre los más necesitados. La fama de Luis Pardo como revolucionario y justiciero social se extendió y en los pueblos lo veían como un protector de pobres y desamparados.
En 1955, Chiquián, su pueblo natal, erigió un mausoleo a Luis Pardo Novoa, declarándolo “Hijo Ilustre y Benefactor de los Pobres”. Dicho busto fue cincelado por el escultor peruano Vidal León. La propia Beneficencia Pública de Chiquián se asoció al homenaje, cediendo gratuitamente cuatro metros de terreno en el cementerio local “:…en razón de la obra benéfica cumplida por Luis Pardo Novoa, en favor de los necesitados”; exaltándosele a la categoría de Benefactor. La figura de Luis Pardo ha sido tratada por escritores, compositores y poetas como: José Diez Canseco, Enrique Cornejo Villanueva, Alberto Carrillo Ramírez, Rubén Barrenechea Núñez, Manuel Justo Arredondo, Raúl Zárate Aquino, Julio Rosas Olivera Oré, Alfredo Grados, Darío Mejía, Pedro Arana Quiróz, Filomeno Zubieta Núñez, Vidal Alvarado Cruz, Mario Reyes Barba, Alejandro Aldave Montoro, Héctor Gamarra Espinoza, Mauro Aquino Albornoz, Guillermo Pardo Novoa, Sonia Pardo Loarte, Luis A. Ramírez S., entre otras pródigas plumas que le han escrito semblanzas, cuentos, poemas, dramas, canciones e himnos. En 1929 se filmó la película “Luis Pardo” con la dirección de Enrique Cornejo Villanueva. Este filme terminó de consagrar a Luis Pardo como un luchador social y una figura romántica.


Ladislao Meza Landaveri

Nació en 1892–1925 en la ciudad de Huaraz – Áncash. ), Fue escritor y periodista peruano.
Fue llamado El bohemio del sombrero alón o solamente El cholo Meza. Era socio y contertulio de José Carlos Mariátegui y Cesar Falcón.
Comediógrafo y escritor de notables cualidades, escribió teatro como: “Padres Malditos”, “El Tablado de los Miserables”, ” La Ciudad Misteriosa ” y “El Demonio Llega” y también escribió cuentos y novelas, y algo de poesía. En 1960, Augusto Peñaloza, diputado en esa ocasión, pidió en su cámara que una plaza de Huaraz se rotulase con el nombre del titular de este artículo: Ladislao Meza.


Teresa González de Fanning

Nació en Nepeña – Ancash el 12 de agosto de 1836. Fue una educadora, escritora y periodista peruana.
Perdió a sus dos pequeños hijos en una sublevación de los peones de su hacienda, lo que motivó su huida a Lima en condiciones muy penosas, y perdió a su esposo en la Guerra del Pacífico. Como a muchas familias de Lima, la guerra la dejó sin casa y sin recursos. Para aliviar de algún modo la soledad de su viudez, decidió fundar un colegio para señoritas en su casa de la calle Faltriquera del Diablo (hoy Portal de Belén o Portal Zela), labor que realizó con el auxilio de sus hermanas Enriqueta y Elena (3 de marzo de 1881). Dicho colegio llegó a ser el mejor de su tiempo y el preferido de las distinguidas familias de Lima, no sólo por sus métodos de enseñanza, sino por la importancia que concedió a la educación sobre la instrucción. Consideró que ya había llegado la hora en que la mujer debía prepararse para la vida y no limitarse al papel de esposa y madre, rompiendo así una de las mayores trabas mentales de la sociedad conservadora del siglo XIX, en una época en que aún se creía que la formación femenina debía estar orientada exclusivamente para el matrimonio y las tareas conyugales.
Teresa González integró un grupo de notables peruanas del siglo XIX, que la historiadora Francesca Denegri considera como “la primera generación de mujeres ilustradas en el Perú”. En efecto, contemporáneas suyas fueron Elvira García y García, Lastenia Larriva de Llona, Mercedes Cabello de Carbonera, Clorinda Matto de Turner, María Jesús Alvarado Rivera y Juana Manuela Gorriti. Aparte de algunos manuales escritos para la enseñanza de las niñas, publicó las siguientes novelas, de corte sentimental o romántico. Colaboró también con artículos de opinión en los diarios El Comercio, El Correo del Perú, El Perú Ilustrado, La Alborada, El Semanario del Pacífico, La Patria y El Nacional. Una parte de ellos sirvió para dar cuerpo a su libro ya mencionado: La educación femenina (1898, segunda edición ampliada en 1905), descrito como “colección de artículos pedagógicos, morales y sociológicos.”


César Carranza Saravia

Nació en Huaraz el 18 de septiembre de 1932. Fue matemático y maestro peruano.
Estudió matemática en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; de donde fue becado a la Argentina. Retornando se gradúa de doctor en matemática, con una tesis sobre un tema de variable compleja, en 1967. Funda, conjuntamente con José Tola Pasquel, el IMUNI, antecesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Ingeniería. En esta etapa organizan los cursos de verano para la capacitación de profesores de matemática, a través del IPEM, para nivel secundario y para los contratados de universidades, con la participación de docentes extranjeros remunerados por la OEA.
Ha sido presidente de la Comisión Organizadora de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo. Además presidió de ser el primer Rector de la citada universidad. Ha ejercido la docencia en San Marcos, UNI, Cantuta y la Católica. Dos de sus maestros fueron Godofredo García y Alfred Rosenblat en la Universidad de San Marcos, y en Argentina: Manuel Sadosky, Luis Santaló y Enzo Gentile. Ha escrito varios libros de matemática universitaria. Presidente de la Sociedad Matemática Peruana. Vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Matemáticas. Decano del Colegio de Matemáticos del Perú.


Marcos Yauri Montero

Nació en Huaraz en 1930. Fue un poeta, escritor y ensayista peruano.
Estudió en la escuela primaria en Huaraz. Entre 1944 y 1948 continuó la secundaria en el colegio nacional “La Libertad” de la misma ciudad. Al concluir sus estudios de nivel superior en Trujillo, optó el título de docente profesional en el área de Historia y Geografía, para el cual estudió entre 1950 y 1953. En Trujillo fue redactor del diario La Nación. Incursionó en la poesía, la narrativa y la novelística. Su novela más conocida es En otoño, después de mil años (1974), una obra densa de carácter surrealista, un tanto similar, en la forma, a la obra de Nicolás Guillén. También ha trabajado en la literatura oral. Como profesor del Colegio Nacional La Libertad (de Huaraz) tuvo la oportunidad de recopilar ―con la excusa de «ejercicios de clase»― valiosísimos relatos, leyendas, mitos, orígenes de santos y santas, ya que sus alumnos eran oriundos de la mayoría de distritos de Áncash, y estudiaban en dicho colegio por haber ganado una beca. Yauri publicó esos relatos en Ganchiscocha (1967) pero omitió mencionar que sus alumnos habían sido la fuente de su investigación. El sistema de becas subsistió hasta que el gobierno de Juan Velasco lo suprimió, en 1969. Lo mismo sucedió en el Colegio Guadalupe de Lima. Estuvo presente en el trágico terremoto del 31 de mayo de 1970. Volcó sus experiencias en Tiempo de dolor y de muerte. Estudia la cultura popular andina.
La Casa de las Américas (La Habana, Cuba) le otorgó el premio Casa de las Américas por su novela Otoño, después de mil años.


Pastorcita Huaracita (María Dictenia Alvarado Trujillo)

Nació en Malvas el 19 de diciembre de 1930. Fue una destacada cantautora de la música andina del Perú con trayectoria internacional, además de una defensora de los derechos del pueblo.
Perteneció a un hogar muy humilde como todavía lo son en la mayoría de los sitios andinos alejados del Perú, en ese seno y espacio se alimentó de la rica naturaleza del lugar, de la fuerza de sus apus, llenando su alma de ternura pero también de rebeldía ante las injusticias y asimilando en su consciencia el variado folclor de su terruño como su identidad, fue una pastora de verdad ya que a pesar de su corta edad pastoreaba sus rebaños, en su lugar preferido Rahuey Pampa en la parte más alta, encima de una piedra muy grande descansaba, miraba a su pueblo y le cantaba, las personas la llegaban a escuchar y decían: es Chicche que está cantando, Chicche era el nombre de cariño que le pusieron en alusión a un pajarito cantador, su tierra fue su primer escenario y su gente el público primero. En la escuela salía a cantar en todas las actuaciones, pero ella de niña cantaba y hablaba sólo en quechua, no sabía el español, su profesora hablaba los dos idiomas español y quechua y en la escuela enseñaba en su lengua materna ya que todo su alumnado hablaba el quechua. Pero quería aprender el idioma español, entonces al atardecer partía un poco de queso que su mamá guardaba con mucho celo y se encaminaba a la casa de la maestra para invitarle el sabroso queso que su madre hacía y pedirle por favor que le enseñará hablar y escribir en español, la profesora la complacía y le decía: tú vas a llegar muy lejos, de ésta manera la niña aprendió a dejarse entender en español. Por su pobreza no podía comprar caramelos ni tener juguetes y muñecas como los otros niños y niñas, pero con su voz podía ella tener los caramelos que quería, ya que el propietario de la tienda de abarrotes gustaba de su melodía y le decía Chicche canta por favor, la subía al mostrador y cantaba, la gente entrababa a la tienda para escucharla y aplaudirla, al terminar se iba con su alforjita llena de golosinas y galletas rumbo a la escuela, ahí compartía con sus amigos y amigas sus dulces, entonces ellos la cargaban por el patio dándole vivas y urras, la niña no tenía ni idea que ese era el comienzo de las muestras de cariño que un pueblo le iba a tributar. Inició su vida artística el 19 de diciembre de 1942 primero como bailarina de danzas andinas y después el canto, hizo de la sonrisa abierta, ancha, luminosa, el sello indeleble de su homenaje a la vida. Su voz, privilegiada, cristalina, inconfundible, cultivada desde su infancia pastando su rebaños de ovejas, sirvió como vehículo para difundir con gran éxito la música andina, invalorable obsequio que nos entregó y perdurara por siempre. Por el periodo de más 3 décadas consecutivas condujo su propio programa de nombre “Canta el Perú Profundo” por las Radios: Agricultura, Nacional, La Crónica y por último Santa Rosa. Ella no fue sólo una cantante fue también una mujer política, muchas veces encarnó las luchas y demandas del pueblo a través de su voz y de sus acciones. Por más de cincuenta y siete años, dedicó su arte al mundo entero, hasta que un cáncer de estómago acabara con su vida en 2001.
Viajó a muchos países de Europa, Asia y América recibiendo el reconocimiento como Embajadora y Decana de la Música Andina, Reina y Señora del Canto Andino, y por su brillante carrera fue reconocida como Patrimonio Cultural Viviente de la Nación; la cámara de senadores la condecoró con el grado de Comendadora de la Nación, el Ministerio de Educación con las Palmas Artísticas en el grado de Maestra, así como el Poder Ejecutivo a nombre del Estado la condecoró con La Orden del Sol en el Grado de Gran Cruz.


Carlos Fermín Fitzcarrald López

Nació en San Luis – Áncash el 6 de julio de 1862. Fue un comerciante cauchero y explorador peruano, fundador de la ciudad de Puerto Maldonado y descubridor del istmo que lleva su nombre el cual logró atravesar.
Durante sus vacaciones, emprendió viajes a Huánuco ayudando a su padre con la venta de mercadería en el curso alto de los grandes ríos; en 1878, al regresar a San Luis de uno de sus viajes de negocios, fue apuñalado en el estómago por Benigno Izaguirre, un co­nocido bandolero de la zona, saliendo con vida del incidente. Al morir su padre, y viendo truncados sus estudios sin el apoyo económico que este le brindaba, enrumbó hacia el oriente peruano con el fin de probar fortuna. Tomó los mapas de ríos peruanos de su padre y viajó hasta Huánuco, durante su estadía en esta ciudad es­talló la guerra con Chile y Carlos Fermín se enlistó con 17 años al ejército, poco después fue acusado de espía por carecer de documentos y tener mapas de los ríos orientales. Sometido a consejo de guerra fue condenado a muerte, pero afortunadamente el párroco quien le daría la extrema unción, lo reconoció gracias a que en sus viajes de misionero se hospedó en la casa de los López en San Luis y prestó juramento garantizando su conducta. Viajó a Loreto, donde se ocultó por casi diez años, cambiando su nombre a Carlos y alegando que era argentino. El descubrimiento de grandes bosques de árboles de caucho y jebe en los territorios del actual departamento de Madre de Dios, en el Perú, pero sin acceso o forma de transportar a mercados Europeos. En estas circunstancias, Carlos Fermín Fitzcarrald emprendió la búsqueda del varadero que sirviese de comunicación entre esas dos cuencas. Su propósito era unir ese vasto y rico sector de la selva, en peligro por las excursiones de caucheros bolivianos y brasileros —que incluso tuvieron el proyecto de crear una República del Acre—, con la parte norte, ya recorrida intensamente por comerciantes y pobladores peruanos. Encontró el istmo habiendo comprobado que la ruta empleada no sólo permitía traer a la zona mercaderías a un costo que no llegaba a la mitad del que entonces asumían por la ruta del Beni, sino que aquella podía servir para sacar la goma también a precios menores, se asoció al cauchero peruano y aportó dinero para mejorar el istmo. También se embarcaron los socios en un proyecto de navegación por la ruta recién descubierta, a consecuencia del cual entraron al Madre de Dios las naves Shiringa y Esperanza y se incrementó el tránsito por el Ucayali con barcos como el Bermúdez y la Unión, de 180 y 60 toneladas, respectivamente. En mérito a los esfuerzos que había desplegado.
Fitzcarrald obtuvo del Ministerio de Guerra la exclusividad de la navegación por el Alto Ucayali. el Urubamba, el Manu y el Madre de Dios, privilegio que le fue concedido en noviembre de 1896. La vida de Fitzcarrald todavía conserva un aura de leyenda y la demesura épica de trasladar la Contamana a través del istmo de su nombre sedujo la imaginación del cineasta alemán Werner Herzog, quien filmó a partir de este episodio la película Fitzcarraldo.


Flavio Vega Villanueva

Nació en la tierra del callejón de Huaylas – Ancash en 10 de abril de 1915. Fue maestro de matemáticas.
Sus estudios superiores los realizó en la Facultad de Ciencias Biológicas, Físicas y Matemáticas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En esta Universidad, precisamente, estuvo en la Sección de Matemáticas desde 1938 a 1942. Aquí obtuvo el grado académico de Doctor en Ciencias Matemáticas (1955). Fue también docente de matemáticas en la Escuela Militar de Chorrillos por más de 20 años. Asimismo trabajó como catedrático, en otras instituciones como la Escuela de Oficiales de la Guardia Civil y la Escuela de Investigaciones, Instituto Pedagógico Nacional y el colegio militar Leoncio Prado. Por su vasta experiencia y conocimiento en el campo de las ciencias exactas, Vega Villanueva trabajó durante la década del 60 hasta fines de los 80 en el Ministerio de Educación como consultor permanente en la formulación y elaboración de planes de educación, tanto para la formación de alumnos, como de profesores. Es autor de numerosas publicaciones, tales como Las matemáticas y su importancia, Sobre una propiedad de la recta de Newton y la Recta de Housel, Informe semestral, entre otras. Entre 1951 y 1994 publicó textos escolares de suma importancia para el nivel primario y secundario. Asimismo, Vega Villanueva colaboró con interesantes artículos periodísticos publicados, principalmente, en el diario El Comercio. La gratitud de Flavio Vega es, sin duda, una de sus principales características personales. Esto lo demuestra al escribir lo siguiente: “Al publicar mis libros dando a conocer todo lo referente a la nueva matemática y su didáctica correspondiente, lo hago convencido de cumplir así el legado de mi sabio profesor, el insigne matemático polaco, doctor Alfred Rosemblat, de quien tuve el privilegio de ser su alumno y conocer lo que es en sí la Matemática”.
Expositor en numerosos centros de estudios superiores, Vega ha sido miembro fundador y primer secretario de la Sociedad Matemática Peruana, de la Asociación Peruana de Computación e Informática, del Colegio de Matemáticos del Perú, entre otros. En 1970 creó la carrera de Computación, de la que egresó una primera promoción de cuatro alumnos. Asimismo, su paso por países como Brasil, Estados Unidos, México, Francia, le permitió adquirir no sólo mayor experiencia y conocimientos, sino también establecer contactos profesionales para beneficio de un gran número de becados de nuestro país.
Su intensa y prolífica vida le ha permitido ser reconocido y premiado en distintas instituciones educativas del país. Hijo ilustre del departamento de Ancash, recibió las Palmas Magisteriales del Perú en el grado de Caballero, de Educador y de Maestro en los años 1963, 1987, 1988, respectivamente. También fue distinguido como Profesor Emérito de su alma mater, San Marcos, en 1977 y hace un par de años la Municipalidad de Lima le otorgó la medalla del Maestro.